Mi vida en el lodo
- Luca Cardoza
- 25 ene 2024
- 3 Min. de lectura
¡¿Dónde estoy?!
No encuentro la salida, mis ojos están sucios, y no logro ver con claridad, tropiezo una y otra vez contra todo ¡no tiene sentido mi vida!
Mi vida es ir de aquí para allá, caer de rodillas constantemente ¡ya no puedo más! mis rodillas están desechas de tanto estar en el piso buscando algo con qué sostenerme y seguir en pie, escucho a mi alrededor que todos me gritan: ¡TÚ PUEDES! ¡CREE EN TI! ¡TÚ ERES DUEÑA DE TU DESTINO! Pero eso no me ayuda para salir de esta vida sin sentido.

Mi mundo da vueltas, es como tener una borrachera sin fin, sangran mis manos de tanto aférrame a personas, situaciones u oportunidades que creo me sacaran del lodo, pero no es así, sangran mis pies de caminar sin rumbo, están cansados de luchar para salir del lodo resbaladizo que no me permite levantarme, sangran mis rodillas de tanto caer de esa cima a la que me lleva mi orgullo y buscar soluciones para salir de esto sin demostrar lo débil y frágil que soy; nadie se da cuenta de mis heridas, porque las cubro con maquillaje y orgullo.
Lo peor de todo esto, es que sé que mi Padre me espera en casa ¡pero no quiero ir! Debo mantenerme firme en lo que creo y en lo que los demás me dicen que es lo correcto, porque de esa manera todos me aceptan y seré popular, pero cuando estoy a solas en mi habitación me pregunto ¿será mejor regresar a casa, a los brazos de mi Padre donde sé que me sentiré segura? pero tendría que aceptar que sola no pude y que necesito de Él, mis amigos se burlarán de mí por mi decisión, me dirán que soy débil, pero ¿acaso ellos están conmigo cuando más los necesito? Ellos solo están si obtienes algún beneficio, no cuando estoy quebrantada y a solas en mi habitación, los llamo a todos y tienen cosas más importantes que atender, pero si corro a los brazos de mi Padre, Él siempre estará para mí, nunca me abandonará.
Recuerdo lo que Él me dice: que si llego con un corazón contrito y humillado Él no me despreciará (Salmo 51:17b) ¡¿Entonces qué espero si en Sus brazos estaré segura?¡ tendré paz, mis ojos podrán ver, encontraré el camino, podré verlo a Él, escucharé Su voz, mis heridas serán sanadas y esta vez estaré de rodillas, pero delante de Él y me gozare en Su presencia, porque Su palabra dice que nos hará descansar a todos los cansados y agobiados (Mateo 11:28), y yo estoy cansada, ya no tengo fuerzas para seguir, necesito agua viva que refresque mi vida y sin duda con mi Padre mis cargas serán más livianas, pero ¿por qué me detengo, por qué lo dudo tanto, si yo sé lo que necesito y solo Él me lo puede dar?
Debo aceptar que no soy hecha de la nada y que fui creada no para mi satisfacción, sino para la gloria de mi Padre que está en los cielos, así entenderé que no hay mejor camino que ir a los brazos de mi Creador, donde descansaré y saciaré mi sed, ya no andaré deambulando sin sentido por el mundo, podré resistir cualquier prueba porque no estaré sola. Él me fortalecerá por medio de Su palabra y podré darle gloria y honra en lo que me queda de vida, esperando ese gran día en el que podamos estar todos Sus hijos gozándonos en nuestro hogar, en la eternidad.
Corre a los brazos del Padre y entonces tus ojos se abrirán y podrás disfrutar la vida gozándote en Él, no esperes a terminar destrozada y hecha pedazos para ir a casa tu Padre, porque puede que cuando quieras ir a Él sea demasiado tarde.
«Esperé paciente al Señor, y Él se inclinó a mí y oyó mi clamor. Me sacó del hoyo de la destrucción, del lodo cenagoso; asentó mis pies sobre la roca y afirmó mis pasos. Puso en mi boca un cántico nuevo, un canto de alabanza a nuestro Dios. Muchos verán esto, y temerán y confiarán en el Señor». Salmos 40:1-3.
Escribiendo para la gloria de Dios
Luca.
Comments