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Días Malos

  • Foto del escritor: Luca Cardoza
    Luca Cardoza
  • 1 sept 2022
  • 3 Min. de lectura

Desde que llegó la pandemia a nuestras vidas hemos visto cómo el mundo se va deteriorando cada vez más, si nos detenemos y observamos alrededor, las personas están ansiosas y más aceleradas de lo normal, sus rostros reflejan enojo, ira, miedo, angustia, etc.

En las conversaciones no falta la frase «los tiempos son difíciles, hay que esperar a que mejore para…». Incluso los cristianos caen en pensar que hasta que mejore la situación del mundo podrán casarse, tener hijos, estudiar teología, servir en la iglesia o dedicar tiempo a las Escrituras.


¿Qué está pasando?

Los creyentes nos estamos enfriando y acostumbrando al mundo, vemos lejos la venida de Dios, olvidamos Sus promesas porque estamos distraídos en las redes sociales, en el mundo cibernético y no queda tiempo para las Escrituras y recordar las promesas de nuestro Salvador.

«En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo» Juan16:33b


Nos aferramos al miedo que generan las noticias, provocando que confiemos en la cuenta de banco y en lo llena que puede estar la despensa. Ante esto, Isaías 26:4 nos dice: «Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos».


Tomemos ejemplo de los mártires

Personas que se aferraron a las promesas de Jesucristo, a su fe sin temor a cualquier martirio que pudieran recibir en este mundo, porque sabían que ese sufrimiento era pasajero, que otro había venido a sufrir más de lo que ellos podrían sufrir aquí, que después de pulirse en el sufrimiento ellos serían llevados ante la presencia de aquel por quien fueron martirizados y gozarían junto con Él en la eternidad.


«Con la aflicción Él salva al afligido, le abre sus oídos con el sufrimiento». Job 36:15 BTX


Es natural tener miedo o preocupación por lo desconocido

Pero debemos rendir nuestras emociones a Cristo, confiar que Él ha vencido y que pase lo que pase Él nos preparará para soportar cualquier mal, pero esto no será posible si no ponemos de nuestra parte para conocer a Dios y estar seguros de lo que Él puede e hizo por nosotros.


Si no estamos preparados en conocimiento y sabiduría por medio de Su palabra, cualquier aflicción nos hará renegar de nuestra fe como lo hicieron algunos que apreciaron más un par de años de vida que una vida eterna, sus pocas riquezas por una vida en victoria sin fin, sus familias o reputación, en lugar de una gloria en Cristo.


«¿No te lo he ordenado yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el SEÑOR tu Dios estará contigo dondequiera que vayas». Josué 1:9 LBLA


El pastor Andy de la Cruz dijo en uno de sus recientes sermones: «cierra las puertas adonde pueda entrar la duda o el miedo; abre las puertas a las promesas que nos recuerdan que podemos vivir confiados en Cristo» por lo tanto, hermanos, abramos las Escrituras, vistamos la armadura de Dios, porque los días son malos y debemos estar preparados como soldados, listos para la batalla (Efesios 6:11-16), como lo hicieron los mártires que honrosamente murieron por defender su fe.


Oremos para que el Señor fortalezca la fe de los que actualmente están siendo perseguidos, que los consuele con toda la consolación de lo alto y para que en nosotros haya una sed verdadera para prepararnos ante los malos tiempos, aferrándonos a Sus promesas, recordando que como los mártires estaremos pronto con Él en gloria.


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Bendiciones

Luca.


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