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¡SALVAME SEÑOR!

  • Foto del escritor: Luca Cardoza
    Luca Cardoza
  • 29 sept 2022
  • 2 Min. de lectura

¡Sálvame, Señor! de las manos del maligno ¡me sigue¡, ¡me atrapa! ¡no sé cómo escabullirme de sus manos! líbrame de este dolor que me provoca el caer una y otra vez en sus garras ¡líbrame de esta persecución sin fin!


¡Ya no tengo aliento!, ¡ya no puedo más! ¡es una lucha que no puedo ganar!

¡Mis piernas están cansadas de tanto correr!, ¡mis brazos de tanto luchar por querer escaparme de su poder! él no se cansa de atraerme a sus maldiciones ¡ya no tengo aliento para seguir!, ¡el latido de mi corazón cada vez es más lento!


¡¡¡Padre ahí viene otra vez!!!


Se ríe de mí, me dice que nunca escaparé, veo su rostro riéndose de mi debilidad, me grita ¡eres mía!; con el poco aliento que me queda ¡grito!, ¡pido auxilio! Pero ¡ya no puedo más!

Pero en el momento que siento hundirme en ese abismo, llegas y me recuerdas que eres Tú quien ha vencido por mí, que Tú peleaste con todas Tus fuerzas, hasta Tu último aliento y ganaste esa guerra que nadie podrá ganar sin Ti.


Recuerdo Tus promesas, me dan valor para seguir contra esta lucha que no tendrá fin, hasta que Tú regreses a buscar a Tu iglesia, entonces seremos libres de toda esclavitud, dolor y persecución del enemigo.


¡Pero los demás Padre, no quieren escuchar! ¡no huyen!, ¡se quedan paralizados e hipnotizados! escuchan la voz que les ofrece riquezas, felicidad, placeres y vanagloria, pero no se dan cuenta que los lleva directo al abismo, de donde nunca podrán salir. Solo Tú mi Señor podrás salvarlos, ¡yo les hablo!, ¡no me escuchan!, ¡no responden! muchos ya cayeron en sus garras y no volverán, porque la muerte se los llevó a su nuevo tormento sin fin.


¡¡¡Oh, mi Señor!!! dame fuerzas para no desmayar y seguir hablando de Tus verdades, esas verdades que solo Tus elegidos querrán escuchar, dame sabiduría para entender que solo soy un instrumento para dar a conocer las buenas nuevas, por lo tanto, no seré yo quien los cambie, el único que puede llevarlos a un cambio verdadero eres Tú, pero el enemigo anda como cazador, ¡acechando a su presa! buscando a los débiles en el conocimiento de Tu verdad. ¡Sálvales, Padre! abre sus ojos ante la verdad de Cristo.


¡Corran mientras aún hay tiempo! ¡Corran a los brazos de nuestro Salvador!


LUCA.


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