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SOLEDAD

  • Foto del escritor: Luca Cardoza
    Luca Cardoza
  • 12 jul 2022
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 5 ago 2022

Soledad, bella soledad a la que quiero correr y sumergirme en ella para tener ese momento en el que puedo estar a solas con mi Padre.

Nadie podrá entender mi dolor, mi angustia, mi desesperación, como lo puede hacer Él, porque Él vivió todo lo que siento, y peor de como yo la vivo en este momento.

Isaías 53:4 “Ciertamente llevó Él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores, y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido”.

Isaías 53:3 “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto: y como que escondimos de Él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos”.


Dulce soledad en la que puedo derrumbarme, gritar, ser el humano más indefenso del planeta, pero con la seguridad que, con mi corazón humillado ante Él, recobraré mis fuerzas.

Salmo 73:26 “Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu, pero Dios fortalece mi corazón; Él es mi herencia eterna”.

Esto que siento no es por que me han lastimado, o porque he tenido una pérdida, es por mi pecado del orgullo que no me permite ver que todo está bajo la soberanía de mi Dios, para colmo tengo el descaro de exigirle que me responda ¿por qué no salen las cosas como espero?

¡No, yo quiero que todo se haga cómo yo digo! ¡no quiero esperar! ¡quiero esto para ayer!


Y como no se hacen las cosas en mi tiempo y a mi manera, desato mi ira hacia los demás, culpando a todos menos a mí que soy la principal causante de mis consecuencias. Como dijo el Rey David “contra Ti solo he pecado” Salmo 51:4

Por eso, necesito estar a solas, para estar frente a mi Padre y pedirle perdón por mi pecado y desear que todo sea según mi voluntad y no la de Él, como si yo hubiera estado con Él en el día en que fundó la tierra y todo lo que en ella hay, como si yo fuera más que mi Creador.


¡Oh! por favor déjenme en mi soledad, porque este es el lugar a donde recapacito y me doy cuenta de lo que en verdad soy, simplemente polvo, un ser creado que necesita de su hacedor para ser liberado de este pecado de altanería, de orgullo e insensatez, necesito que Él me perdone, necesito ese escondite en el cual encuentro esa paz que sobre pasa todo entendimiento, en el que puedo descansar y estar completa en mi Salvador.

Mateo 11:28-30 “Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallareis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera”.


A mi Salvador daré gracias por Su infinita misericordia que me da día a día a pesar de mi pecado, gracias porque Su amor es el que me sostiene y me permite ser consolada como un padre a su hijo.


¡Oh! Soledad, abre tus puertas y permíteme entrar para refugiarme en la presencia de mi Padre, ese padre con quien estaré en la eternidad. Puede parecer egoísta estar en esta soledad, pero nada ni nadie podrá llenar mi vacío o quitar mi dolor como lo puede hacer mí creador, es este momento de angustia y desaliento cuando ya no puedo más, y mi idea estúpida de querer ser yo quien arregle las cosas me da bofetadas haciéndome reaccionar de mí pecado.

1 pedro 5:7 “Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes”


Oro porque todos corramos a ese lugar en el cual podamos estar a solas y ponernos a cuentas con nuestro Creador, y encontrar en Él verdadero descanso para nuestra alma.


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Bendiciones

Luca.

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