UN MUNDO ENTRE REDES
- Luca Cardoza
- 15 mar 2022
- 5 Min. de lectura
Sabias que, un informe de Global Statshot reporto en octubre 2021 que 4,550 millones de personas usan redes sociales a diario, esto sería el 57.6% de la población. De modo que, 1 de cada 2 personas usa redes sociales ¡un número impresionante! Además, se predice que en el 2022 alcanzará el 66% y en el 2027 un 70%. Esto nos indica que cada día más personas se unen a una red.
El mes pasado decidí alejarme de las redes sociales, sinceramente creí que no lo lograría, pero fue una gran experiencia, fue literalmente redescubrir la vida real de la mano de Dios, ¿por qué de la mano de Dios? Porque por medio de Su palabra logre darme cuenta de que mi corazón estaba en un lugar equivocado, dejando de lado lo verdaderamente importante.
Al entender la importancia de vivir una vida real y estar lejos de las redes, me hizo investigar un poco más sobre las ventajas y desventajas que estas generan en las personas. Para mi sorpresa, hay muchas personas preocupadas por lo que está causando esta herramienta, que se supone se creó para acercar a las personas y para generar amistades, en pocas palabras, para tener más unidad como humanos.
Sin embargo, los psicólogos, psiquiatras y expertos de Silicon Vallery advierten que las redes sociales son las causantes de suicidios, nerviosismo, ansiedad, distracción, celos, dependencia, irritabilidad, falta de control, falta de afecto, aislamiento de la vida real y de las relaciones familiares, por mencionar algunas. Es tan grave esto que hasta los cirujanos crearon el término «Trastorno dismorfico de Snapchat», pues las cirugías entre los adolecentes han aumentado más cada día ya que todos quieren parecerse a sus fotografías con filtros.
Por otra parte, cabe mencionar que los cristianos no son ajenos a esta adicción, se han conocido lideres cristianos que han caído en este mismo problema, ya que las redes tienen sus métodos para que toda persona que las use quede atada a ellas, estas empresas estudian a cada persona para saber exactamente qué mostrar, de esa forma lograr que cada individuo pase horas en la pantalla buscando más opciones, y a eso le llaman algoritmo.
Con esto no digo que las redes sean malas, pero, muchos hemos sido víctimas de esas reuniones, en las que es tan incomodo querer hablar con esa amiga o familiar que tenías tiempos de no ver en persona, pero no es posible porque está más interesada en lo que pasa en su teléfono que en la plática que se esta entablando, y qué decir de esas reuniones de trabajo en donde el expositor es vilmente ignorado, porque todos están con su miranda en la pantalla, triste… pero cierto.
Según entrevistas hechas a algunos creadores de las redes, su intención fue ayudar al ser humano, pero no creyeron que estas llegaran a tomar un rumbo diferente. Sin duda, estas han generado muchos problemas en las personas, pero no podemos ignorar que también nos ayudan a mantenernos en contacto con nuestros familiares, a compartir con amigos de muchas experiencias vividas, de reír con otros a pesar de la distancia. Por otra parte, también han ayudado en la economía, ya que, según estudios, aproximadamente el 93.5% de usuarios venden y compran por medio de ellas, y todo esto lo pudimos vivir de cerca en la pandemia. Por lo tanto, se puede decir que también son útiles cuando se les da un buen uso.
Pero ¿según las Escrituras que podemos pensar de las redes?
El señor nos muestra en Su palabra que todo lo que Él creó lo hizo bueno en gran manera, por lo tanto, la inteligencia que Él pone en el ser humano es perfecta, el problema es cuando en lo bueno entra el pecado como paso con Adán y Eva y todo se desvía del buen camino.
Por ejemplo: La palabra de Dios nos dice que debemos amarlo por sobre todas las cosas, pero tenemos más tiempo para estar en las redes sociales que frente a la Biblia. Decimos que estamos satisfechos en Cristo, pero en las redes queremos que todos nos vean, que crean que nuestra vida es perfecta, que no tenemos fallas, y fingimos ser lo que no somos, de esta manera no glorificamos a Dios, simplemente estamos siendo una persona más que usa filtros, que finge tener una vida de pinterest, buscando la aceptación del hombre, pero no la de Dios.
Muchas veces nos quedamos embobados frente al teléfono soñando con esas vidas que quisiéramos tener, dejamos a un lado todas nuestras obligaciones, matrimonio, hogar, hijos, familia, trabajo y no nos damos cuenta de que estamos obrando como la mujer insensata que con sus propias manos destruye su hogar (Proverbios 14:1b) es más, proverbios 13:4 nos describe bien cuando nos dice: «el alma del perezoso desea mucho, paro nada consigue, sin embargo, el alma del diligente queda satisfecho».
Este texto nos dice, que pasamos deseando todo lo que vemos en las redes, pero al final se queda solo en un sueño, en una ilusión que muchas veces no provoca ira, descontento, envidia o depresión, por no tener eso que nuestros ojos ven y que nuestro corazón anhela. Totalmente insatisfechos con lo que Dios nos da, porque queremos esas vidas perfectas que vemos en las redes, cayendo en la mentira del enemigo que nos ofrece un mundo supuestamente «perfecto» olvidando que, así como nosotros retocamos las fotos, usamos más de un filtro, buscamos la mejor pose, escondiendo esos kilos de más y fingiendo lo que no somos, de esa forma lo hacen la mayoría de las personas que suben sus publicaciones.
Nuestro corazón empieza a hacer ídolos, a tener tesoros en la tierra y no en la eternidad, dejamos a un lado todo lo que la Palabra nos manda, y uno de los versículos más importantes para recordar es Romanos 12:2 «no se adapten a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente, para que verifiquen cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto». Pero, cómo renovar nuestra mente si no conocemos la Palabra de Dios, estamos más afanadas por las redes que por nuestra intimidad con Dios, estamos dejando que este mundo nos envuelva en sus mentiras, haciendo y aceptando todo lo que nos enseña, haciéndonos creer que es bueno, cuando en realidad nos enredan por no estar preparadas con la Palabra en nuestra mente y en nuestro corazón.
Mujer, dejame decirte que: nosotras somos creadas para gloria y honra de nuestro Señor, somos llamadas a ser ejemplares en nuestro carácter, manejo del tiempo y pasión por el evangelio. Así que, seamos mujeres diligentes redimiendo bien el tiempo, no lo desperdiciemos en vivir vidas irreales, en crear un mundo de fantasías en nuestra cabeza y en nuestro corazón. Efesios nos advierte que los tiempos son malos, por lo tanto, disfrutemos la revelación general de Dios en todo lo que nuestros ojos alcanzan a ver mientras podamos y, seamos agradecidas de la misericordia que Dios nos da, permitiéndonos un nuevo día para esforzarnos y agradarle.
Para mí valió la pena alejarme de las redes, aproveché el tiempo para compartir con los que están a mi alrededor, disfrutando con ellos de la vida en un mundo sin filtros. No tengo duda que Dios creo el mundo para que nos deleitáramos viendo toda Su creación, los amaneceres, personas que amas, un café con las amigas, hablar por video llamada con la familia, tiempo para ir de paseo, utilizar el tiempo para aprender algo nuevo, leer libros, leer las Escrituras para conocer más de nuestro creador, etc. El mundo real es mejor que perder el tiempo con ilusiones vacías esperando «likes» de personas que no conocemos.
El problema no son las redes sociales el problema es cómo las utilizamos. La poeta María Oliver dijo «la atención es el comienzo de la devoción» ¿en qué o en quién está tu devoción, en este mundo o en Dios?
Oro para que este escrito haya sido de edificación en tu vida y que la red que te atrape sea la de las Escrituras y busques con diligencia tener una relación personal con Dios.
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Bendiciones
Luca.
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